Experiencia personal de haber superado un trastorno complejo

Introducción

Detrás de la Fundación Katia Dolle no hay solo investigación y práctica clínica, sino también una vivencia personal intensa que marcó el camino.
La fundadora atravesó un trastorno complejo, multicausal y con múltiples órganos y sistemas afectados: un síndrome de fatiga crónica que la obligó a bucear en la fisiopatología, en la nutrición y en herramientas que nadie enseñaba, porque la medicina convencional no tenía respuestas.

Este artículo forma parte de nuestra serie “Lo que nos diferencia”, donde compartimos con transparencia los principios que guían nuestro método.

Aprender en la propia piel

El síndrome de fatiga crónica es un trastorno multicausal que aparece tras un disparador y que puede volverse reversible con el abordaje adecuado. En el proceso de recuperación, la fundadora:

  • Tuvo que investigar más allá de las teorías disponibles, porque los especialistas ofrecían explicaciones pero no resultados reales.
  • Aprendió en su propio cuerpo lo que significa atender órganos y sistemas debilitados, y cómo recomponerlos paso a paso.
  • Experimentó de primera mano síntomas difíciles de describir: la sensación de una intoxicación, el malestar de la disbiosis, la fatiga profunda, la inflamación interna.

Comprender lo inexplicable

Esta vivencia permitió adquirir algo único:

  • Empatía clínica real, al poder comprender lo que sienten los niños con TEA, que muchas veces no pueden expresarlo.
  • Capacidad de leer la punta del iceberg: interpretar signos aparentemente absurdos, raros o desconectados, y comprender lo que hay debajo.
  • Una visión casi como un “escáner interno”, al poder reconocer de inmediato lo que esos síntomas significan y cómo se sienten desde dentro.

Del adulto al niño

La diferencia crucial es que un adulto puede explicar lo que siente, mientras que un niño con TEA no siempre puede hacerlo.
Haber vivido síntomas similares y haber entendido el camino de recuperación permitió:

  • Extrapolar esa comprensión a los niños.
  • Reconocer qué puede estar sucediendo en su interior aunque no lo comuniquen.
  • Anticipar reacciones, retrocesos y fases del proceso de recuperación.

Una dimensión distinta a la práctica clínica

No se trata de tener más teoría, sino de aportar una dimensión vivencial que enriquece la práctica:

  • Saber que los síntomas no desaparecen de golpe, sino que se atenúan progresivamente.
  • Reconocer cómo los brotes se van espaciando en el tiempo durante la recuperación.
  • Comprender que la sanación es un proceso escalonado, que requiere paciencia y acompañamiento.

Esta experiencia no reemplaza el conocimiento científico, pero lo complementa con una profundidad única que permite conectar teoría y práctica de manera más humana y efectiva.

Lo que esto significa para las familias

  • Mayor comprensión: el profesional no solo “sabe”, sino que entiende lo que se siente.
  • Empatía real: los síntomas de los niños no son descartados ni vistos como “raros”, sino comprendidos en su lógica interna.
  • Un camino claro de recuperación: se acompaña a la familia explicando cómo suelen transitarse las fases de mejora, lo que da tranquilidad y confianza.

Conclusión

Haber vivido y superado un trastorno complejo convirtió la experiencia personal en una herramienta de investigación aplicada y de empatía clínica.
Esto permite mirar a los niños con TEA no solo desde la teoría, sino desde una comprensión profunda de lo que sucede “debajo de la piel”, reconociendo causas, procesos y caminos de recuperación.

En la Fundación Katia Dolle®, esta diferencia marca un antes y un después en el acompañamiento de los niños y sus familias.

Nuestros pilares diferenciales

  1. Analíticas éticas y necesarias
    Solo pedimos las pruebas que realmente aportan información útil, evitando sobrecostes y comisiones innecesarias.
  2. Suplementación independiente y probada
    Seleccionamos únicamente los suplementos que han demostrado eficacia real en la práctica, sin vínculos comerciales con marcas.
  3. Abordaje integral real
    Tratamos de manera natural un amplio abanico de alteraciones (digestivas, hepáticas, renales, endocrinas, neurológicas, cutáneas…), entendiendo su impacto en la vida del niño con TEA.
  4. Atención a síntomas psiquiátricos y comorbilidades
    Con herramientas de naturopatía y medicina tradicional china, abordamos casos de ansiedad, depresión, TOC y autolesiones, incluso cuando los fármacos no funcionan.
  5. Experiencia personal transformada en método
    Haber superado en primera persona un trastorno complejo permitió comprender y extrapolar la patofisiología detrás de síntomas “inexplicables”, aplicando ese conocimiento a los niños.
  6. Acompañamiento cercano a las familias
    Más de una década escuchando y conviviendo con familias nos permitió crear programas de formación y empoderamiento para que los padres encuentren claridad y dirección.
  7. Tiempo y personalización en cada caso
    No trabajamos con protocolos ni visitas rápidas: dedicamos el tiempo que cada niño necesita, incluso horas de investigación adicional por un solo caso.
  8. Transparencia radical
    Compartimos todos los resultados, tanto los grandes avances como los progresos más pequeños, porque nuestro objetivo es la calidad de vida, no el marketing.
  9. El Método Katia Dolle®
    Un enfoque artesanal y registrado, basado en la ciencia naturopática y en el arte terapéutico de devolver al cuerpo su capacidad de autosanación, lejos de protocolos rígidos o intervenciones invasivas.
  10. Primum non nocere – primero, no dañar
    Adaptamos la filosofía naturopática al TEA, donde los organismos son aún más frágiles que lo habitual, eligiendo siempre recursos naturales y seguros, sin efectos secundarios.

Fundación Katia Dolle

www.katiadolle.org

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