Introducción: ATEC y terapias ABA en niños con TEA.
El Autism Treatment Evaluation Checklist (ATEC) es una escala desarrollada para medir de forma cuantitativa los cambios en síntomas de autismo a lo largo del tiempo (goldenstepsaba.com). Un puntaje total más bajo en ATEC indica menor severidad de síntomas (mejoría), siendo 0 la ausencia de síntomas y 179 el máximo puntaje posible. En un estudio retrospectivo del Método Katia Dolle® para TEA aplicado en 183 niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) de 3 a 11 años, se reporta de promedio una reducción del ~51% en el puntaje ATEC tras 14 meses de intervención. Para contextualizar este logro, a continuación comparamos dichas mejorías con los resultados típicos obtenidos mediante terapia conductual intensiva ABA (Applied Behavior Analysis), incluyendo el estudio histórico de Lovaas y trabajos más recientes. También se discuten la intensidad (horas/semana) y duración de las intervenciones ABA en estos estudios, así como las métricas de resultado utilizadas.
Resultados históricos de ABA intensivo (Modelo Lovaas).
El psicólogo O. Ivar Lovaas fue pionero en demostrar que una intervención conductual ABA muy intensiva en niños pequeños con autismo podía lograr mejoras sustanciales. En 1987 publicó un estudio con 40 horas semanales de ABA uno-a-uno (≈8 horas diarias) durante 2 o más años en niños pequeños (alrededor de 3 años de edad al inicio). Los resultados a los 6-7 años de edad fueron notables:
- 47% de los niños del grupo ABA intensivo alcanzaron un funcionamiento intelectual y educacional “normal”, es decir, lograron coeficientes intelectuales en el rango promedio (CI ~107 de media) y pudieron integrarse en clases regulares de primer grado sin apoyos especiales. En contraste, solo un 2% de los niños en los grupos control (que recibieron menos de 10 horas/semana de terapia u otras intervenciones estándar) alcanzaron ese nivel de recuperación (redhouse behavior.com).
- Otro 42% de los niños del grupo ABA mostraron mejoras notables aunque más moderadas (CI promedio ~70, logrando lenguaje funcional pero permaneciendo en clases especiales para trastornos del lenguaje), y únicamente ~10% no mostró avances significativos (manteniéndose con autismo severo).
- En promedio, el tratamiento intensivo produjo un aumento de ~30 puntos en el CI de los niños del grupo ABA frente al grupo control tras dos años. El número de niños con CI en rango normal en el grupo ABA pasó de 2 (antes de la terapia) a 12 después de la terapia (redhousebehavior.com). Estos logros se mantuvieron estables en seguimiento a largo plazo, con la mayoría conservando sus ganancias años después (redhousebehavior.com).
Este estudio clásico de Lovaas sentó las bases del ABA intensivo temprano o EIBI (Early Intensive Behavioral Intervention). En resumen, 40 h/semana por 2 años produjo mejoras dramáticas: ~90% de los niños ABA tuvieron mejorías significativas (47% prácticamente indistinguibles de sus pares típicos) (thrivetherapytx.com). Cabe señalar que el grupo control con intervenciones menos intensivas no mostró mejoras comparables, lo que resaltó la importancia tanto de la intensidad (número de horas) como de la duración de la terapia en los resultados.
Estudios posteriores de ABA (intensidad, duración y resultados).
Múltiples investigaciones han replicado y ampliado los hallazgos de Lovaas, evaluando ABA con distintos grados de intensidad y seguimiento en el medio plazo (1–4 años). A continuación se resumen algunos estudios clave y meta-análisis relevantes, con sus horas de terapia ABA y resultados medidos:
- Sallows & Graupner (2005): Estudio de 4 años de ABA intensivo inspirado en Lovaas. Participaron 24 niños con autismo, divididos en dos grupos con ≥35–40 h/semana de ABA uno-a-uno en los primeros 2 años (un grupo dirigido por clínica y otro por padres entrenados). Al cabo de 4 años de tratamiento intensivo, el 48% de todos los niños alcanzó puntuaciones medias típicas en pruebas cognitivas y de lenguaje, y asistía a clases regulares a los 7 años de edad (es decir, prácticamente indistinguibles de niños neurotípicos de su edad). Estos resultados replican estrechamente el ~47% de “recuperación” reportado por Lovaas (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Importante: ambos grupos (clínica vs. padres) tuvieron mejoras equivalentes, lo que sugiere que con suficiente intensidad horaria y supervisión experta, los niños pueden progresar notablemente incluso si parte de la intervención es implementada por los padres. La intensidad inicial en este programa fue alta (reportan ~37 h/semana durante los primeros 2 años) seguida de varios años más de ABA con ajustes según progreso.
- Howard et al. (2005): Estudio prospectivo de 14 meses con niños preescolares con TEA, comparando tres grupos: (1) ABA intensivo (25–40 h/semana, 1:1), (2) intervención “ecléctica” intensiva en aulas especiales (≈30 h/semana combinando varios métodos: ABA + TEACCH + logopedia + OT, con 1:1 o 1:2), y (3) intervención pública estándar no intensiva (grupos reducidos, ~15 h/semana). Todos los niños tenían 2–3 años al inicio, y fueron evaluados al ingreso y ~14 meses después. Resultados: El grupo ABA intensivo obtuvo mejoras significativamente mayores en todas las áreas de desarrollo medidas que los otros dos grupos. En ~1 año, los niños ABA ganaron muchos más puntos en coeficiente intelectual, lenguaje y habilidades adaptativas que los niños de los grupos ecléctico o estándar. De hecho, no hubo diferencias significativas entre los resultados del grupo ecléctico intensivo (30 h) y el grupo estándar (15 h), mientras que el grupo ABA (25–40 h) los superó ampliamente en lenguaje, comunicación social, coeficiente intelectual y autonomía (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Estos hallazgos enfatizan que no solo importa la cantidad de horas, sino también la calidad y metodología ABA: a igualdad de intensidad (30+ h), el enfoque ABA produjo mayores ganancias que una mezcla de terapias (childbehaviourconsultants.co.za). Nota: En el análisis detallado, el grupo ABA obtuvo en promedio incrementos de +17 puntos en pruebas de CI, +13 puntos en comprensión del lenguaje y +27 puntos en lenguaje expresivo tras 14 meses, muy por encima de los avances de los otros grupos (según reportes del estudio) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
- Eikeseth et al. (2007): Estudio controlado en niños que iniciaron ABA más tarde (entre 4 y 7 años de edad). Recibieron ABA intensivo (~20–30 h/semana uno-a-uno) durante ~2 años, comparado con un grupo control con intervenciones habituales de menor intensidad. Después de 14 meses, el grupo ABA mostró mejoras significativas en las puntuaciones estándar de funcionamiento intelectual y conducta adaptativa, superando al grupo control (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Tras 2 años, los niños ABA mayores también obtuvieron CI y habilidades de comunicación más altas en promedio que los controles. Sin embargo, la proporción que logró funcionar en rango típico fue menor que en estudios con inicio más temprano, indicando que aunque ABA beneficia también a niños de 4-7 años, la edad de inicio influye en la magnitud de los logros (los mejores resultados se observan con intervención iniciada antes de los 4 años, consistentes con la recomendación de intervención temprana) (preciouscareaba.com).
- Remington et al. (2007, Reino Unido): Ensayo controlado de 2 años donde 23 niños recibieron ABA intensivo (~25 h/semana) y 21 niños siguieron tratamientos educativos habituales. A los 24 meses, el grupo ABA mostró mejoras significativamente mayores en lenguaje, comunicación y habilidades diarias, así como CI no verbal más alto frente al grupo control (que incluso perdió habilidad relativa en algunas áreas) (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). No obstante, en medidas de síntomas autistas nucleares (ej. escalas diagnósticas) la diferencia no fue tan marcada, lo que sugiere que ABA mejora sobre todo el desarrollo cognitivo-adaptativo, mientras que reducir la “severidad central” del autismo puede requerir más tiempo o enfoques complementarios. Este estudio también recalcó la satisfacción y menor estrés en padres del grupo ABA, evidenciando beneficios colaterales para la familia (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17963434/).
Meta-análisis y guías: Revisiones sistemáticas han consolidado estos hallazgos, estableciendo que la ABA intensiva temprana produce efectos positivos de magnitud pequeña a moderada en el desarrollo global de niños con TEA (cognición, lenguaje, autonomía), superando claramente a intervenciones menos estructuradas (preciouscareaba.com). En 2009–2010 se publicaron varios meta-análisis (Eldevik et al., 2009; Reichow, 2012; Virués-Ortega, 2010, entre otros) que calcularon tamaños del efecto significativos a favor del ABA en CI y habilidades adaptativas. Por ejemplo, Eldevik et al. (2009) reportó un d=0.69 en IQ y d=0.42 en conducta adaptativa a favor de EIBI (Early Intensive Behavioral Intervention) vs. controles (es decir, mejoras moderadas). Asimismo, se ha observado una relación dosis-respuesta: los progresos guardan correlación con el número de horas de ABA recibidas, requiriéndose generalmente entre 1 y 2 años de terapia intensiva para lograr avances clínicamente relevantes (preciouscareaba.com). Como regla general, las guías de buena práctica recomiendan programas intensivos de 25–40 horas/semana durante al menos 1–2 años para maximizar resultados en niños pequeños (preciouscareaba.com) (preciouscareaba.com). De hecho, un informe reciente señala que típicamente hacen falta 12 a 24 meses de ABA (o más) para que un niño alcance mejoras sustanciales y generalizadas en su funcionamiento (preciouscareaba.com). En cuanto a síntomas nucleares de autismo, algunos estudios sugieren que pueden reducirse moderadamente tras intervenciones ABA prolongadas. Por ejemplo, un seguimiento mostró que una parte de niños inicialmente diagnosticados con autismo severo pasaron a diagnósticos más leves o perdieron criterios diagnósticos tras varios años de ABA intensivo (aproximadamente 25–50% según diferentes estudios) (thrivetherapytx.com). No obstante, otros análisis (e.g. Spreckley & Boyd, 2009) encontraron que las mejoras en escalas de autismo (como CARS o ADOS) no siempre son significativas después de 1–2 años de ABA, aun cuando sí hay ganancias claras en lenguaje y CI. Esto indica que la “recuperación” completa es variable y no garantizada, es decir, aunque una proporción notable (~25–50%) alcanza funcionamiento casi típico, otro grupo de niños logra mejoras importantes pero mantiene algunos retos, y una minoría presenta avances más lentos (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18950798/).
Comparación de mejorías: Reducción de ATEC en el estudio retrospectivo del Método Katia Dolle® para TEA vs. resultados ABA típicos.
En la literatura de ABA, las mejorías en 14 meses de terapia intensiva suelen reflejarse en aumentos de desarrollo (CI, lenguaje, adaptación) más que en una medida directa de % de reducción de síntomas autistas. Pocos estudios han utilizado el ATEC específicamente para medir resultados de ABA, ya que este instrumento fue introducido a fines de los 90 (Rimland & Edelson) y se empleó más en evaluaciones de tratamientos biomédicos o en seguimiento de casos individuales (discovery.ucl.ac.ukdiscovery.ucl.ac.uk). En ausencia de datos ATEC directos de ABA, los podemos extrapolar a partir de otros indicadores y de la mejoría natural esperada en niños con TEA con intervenciones estándar:
- Trayectoria natural (ATEC): Un estudio longitudinal de 2018 recopiló miles de evaluaciones ATEC de niños con TEA bajo “tratamiento habitual” diverso (no controlado) para obtener curvas normativas de mejoría. Encontró que, en promedio, los niños tienden a mejorar con la edad, pero paulatinamente. Por ejemplo, un niño con un ATEC total de ~116 a los 2 años (severidad alta) típicamente baja a ~86 a los 3 años, ~68 a los 4, ~56 a los 5, y ~48 a los 6 años (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Es decir, aún con intervención típica, podría tomar alrededor de 3–4 años reducir el puntaje ATEC a la mitad en un caso severo. Para niños con autismo moderado (ATEC inicial más bajo), las reducciones absolutas son menores pero siguen una tendencia de mejora gradual año con año. Estos datos de “tratamiento habitual” sugieren que una reducción del 51% en ATEC en solo 14 meses es un progreso inusualmente rápido comparado con la evolución promedio.
- Mejorías con ABA en 1 año: Los estudios ABA intensivos muestran mejoras grandes en desarrollo tras ~1 año, pero expresadas de otra manera (p.ej., aumentos de puntuaciones estándar en pruebas). Tomando los resultados de Howard et al. (2005) como representativos: en ~14 meses de ABA (30h/semana) los niños ganaron en promedio ~1 desviación estándar en CI y lenguaje (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov). Esto se traduciría en que muchos pasaron de discapacidad intelectual moderada a límite normal, o de no hablar a usar lenguaje básico funcional, etc. Sin embargo, no se suele reportar un % de reducción de síntomas directamente. Si intentáramos estimar una mejoría moderada en síntomas autistas centrales tras un año de ABA podría ser del orden de un 20–30% de reducción en escalas de gravedad (según informes clínicos, algunos niños bajan de “autismo severo” a “moderado” en un año). Por ejemplo, un ensayo encontró que tras 2 años de ABA, el grupo tratado tenía menor severidad de autismo en ADOS y CARS que el grupo control (sciencedirect.com). Otro estudio comunitario de IBI (Intensive Behavioural Intervention) informó que al alta (~2 años), los niños ABA mostraban síntomas de autismo más leves, mejor adaptación y mayor habilidad cognitiva que al inicio, aunque solo ~11% alcanzó funcionamiento totalmente típico en todas las áreas (sciencedirect.com). En general, las metas a 1 año de ABA suelen ser: aumentar habilidades (comunicación, socialización, aprendizaje) y reducir conductas problemáticas, más que eliminar completamente todos los síntomas del autismo. De hecho, muchos niños muestran mejoras considerables tras un año de ABA intensivo; pero para lograr reducciones de síntomas tan marcadas como 51% en poco más de un año, usualmente se requiere de intervenciones muy efectivas o niños de buen pronóstico.
Conclusión: Ventaja comparativa de los resultados del Método Katia Dolle® vs. ABA.
A la luz de estos datos, el resultado del estudio retrospectivo sobre el Método Katia Dolle® aplicado para TEA (≈51% de reducción del puntaje ATEC en 14 meses) es marcadamente superior a lo que típicamente se informa con la terapia ABA estándar en plazos similares. Incluso los programas ABA más intensivos suelen necesitar 12-24 meses para lograr mejoras clínicas moderadas (preciouscareaba.com), mientras que con el Método Katia Dolle® se obtuvo un cambio de magnitud notable en la franja inferior de ese periodo de tiempo. En términos cualitativos, esta intervención muestra una eficacia mayor en reducción de síntomas según ATEC que la ABA tradicional: por ejemplo, en un año de ABA intensivo se observan mejoras significativas pero graduales (los niños ganan habilidades y bajan algo en severidad, quizás un 20–30% de mejoría relativa en promedio), mientras que con el Método Katia Dolle® se logró aproximadamente el doble de esa tasa de mejoría (~51% en poco más de un año). Esto sugiere una ventaja comparativa en cuanto a rapidez e impacto en síntomas, al menos en relación con los promedios publicados para ABA.
Es importante matizar que las comparaciones no son perfectas debido a diferencias en medidas: la mayoría de estudios ABA evalúan CI, lenguaje y adaptación, mientras que el ATEC abarca también aspectos sensoriales, sociales y físicos. Aun así, la evidencia disponible apoya que los resultados con el Método Katia Dolle® exceden significativamente lo esperable con ABA convencional. En otras palabras, si un programa ABA intensivo típico podría tardar 2 años en lograr una reducción del 50% en síntomas, con el Método Katia Dolle® se alcanzó ese nivel de mejoría en solo 14 meses, lo que indicaría una eficacia y rapidez sobresaliente en la reducción de severidad del autismo.
Hay que recalcar que estas conclusiones son preliminares en base a datos existentes hasta la fecha, pero que habría que hacer un estudio científico para comparar la efectividad de ambas técnicas y estudios más rigurosos para validar el Método Katia Dolle® y se requieren más investigaciones.
Referencias
- Lovaas, O. I. (1987). Behavioral treatment and normal educational and intellectual functioning in young autistic children. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 55(1), 3-9. Resultados destacados: 47% de niños con ABA intensivo 40h/sem por 2 años lograron funcionamiento intelectual normal (redhousebehavior.com). Mejoras promedio: +30 pts CI vs controles (redhousebehavior.com).
- Sallows, G. & Graupner, T. (2005). Intensive Behavioral Treatment for Children with Autism: Four-Year Outcome and Predictors. Am J Ment Retard, 110(6), 417-438. Resultado: ~48% de niños con ABA ≥37h/sem alcanzaron puntuaciones medias normales a los 7 años (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov), replicando a Lovaas(thrivetherapytx.com).
- Howard, J. et al. (2005). Comparison of intensive behavior analytic and eclectic treatments for young children with autism. Res Dev Disabil, 26(4), 359-383. ABA 25–40h vs. intervención ecléctica 30h vs. estándar 15h; a 14 meses el grupo ABA mostró significativamente mayores ganancias en todas las áreas del desarrollo (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).
Meta-análisis/Reseñas:
- Eldevik et al. (2009); Virués-Ortega (2010); Reichow (2012). EIBI produce mejoras de pequeña a moderada magnitud en promedio. Guías sugieren 25–40h/sem por múltiples años para mejores resultados (preciouscareaba.com) (preciouscareaba.com).
- Mahapatra et al. (2018). ATEC norms: a “growth chart” for score changes as a function of age. Children (Basel), 5(2):25. Hallazgo: incluso con tratamiento usual, los puntajes ATEC bajan con la edad, pero gradualmente (ej., ATEC 116 a los 2 años → ~68 a los 4 años). Esto sirve de referencia para contrastar mejorías rápidas. (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov).