La relación entre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y la biodisponibilidad inadecuada de los ácidos grasos omega 3, así como su posible mejora mediante suplementos dietéticos, ha generado un creciente interés. Este fenómeno está vinculado al reconocimiento del papel crucial de la nutrición en el desarrollo neuronal y, potencialmente, en trastornos como el TDAH. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI-CL), particularmente los omega 3, se destacan como un área prometedora en la investigación sobre la salud física y mental. Se reconoce que, aunque el TDAH tiene una base hereditaria, su manifestación depende probablemente de la interacción entre la predisposición genética y factores ambientales, entre los que la nutrición podría ser un componente clave. Sin embargo, revisiones y metaanálisis recientes sobre la suplementación con omega 3 han presentado conclusiones contradictorias, lo que resalta la necesidad de más estudios para clarificar su impacto.