“No dormí ese día de la emoción. ¡Había esperanza! Esa que tanto le pedí a Dios.”
La madre de Alejandra, una niña diagnosticada de TEA grado 3 y hermana de un mellizo neurotípico y una hermanita menor, cuenta su vivencia y el proceso
de sanación que decidieron llevar a cabo con el Método Katia Dolle. Esta familia venezolana residente en Uruguay, a pesar de las tremendas dificultades
al realizar los programas de Katia Dolle desde ese país, no se achicaron y emprendieron el camino para recuperar las alas de Alejandra de nuestra mano.
LAS PRIMERAS SEMANAS FUERON MUY DURAS
“Fue una etapa muy fuerte, desde su nacimiento, pues nació prematura (junto con su hermanito) de 31 semanas, y la tuvieron ingresada en la UCI por 44 días. Con ese miedo de recibir una llamada de la UCI, fueron días muy difíciles, especialmente por Ale, la más delicada de los dos. A ella la dieron de alta con dependencia de oxígeno y nos advirtieron que su situación de salud era de cuidado. Contratamos una enfermera para ayudarnos y cuando yo dormía era con miedo. Sin embargo, somos una familia de fe, y eso nos mantenía en pie, pidiendo a Dios, a nuestros santos, ángeles y arcángeles por sus vidas. Solía meditar cuando iba a verlos y contarles todo lo que haríamos una vez
estuviéramos en casa. Eso ayudó muchísimo.”
ALEJANDRA EMPIEZA A PERDERSE EN UN MUNDO TEA
“Gracias a su hermano supimos que algo pasaba. No considero que estuviéramos en negación sino confundidos. Alejandra tenía un desarrollo neurotípico y de pronto, cerca de los dos años, enmudece, justo cuando íbamos a emigrar de Venezuela a Uruguay. Ella dejó de bailar, de decir
«gracias», «mamá», «agua» y «aquí ta» (cuando jugábamos a escondernos). Apenas esquivaba un poco la mirada. Su pediatra, la misma intensivista que salvó su vida al nacer, sospechaba que algo pasaba y ordenó realizar varias evaluaciones psicológicas que la chiquita aprobó sobresaliente. La doctora nunca mencionó la posibilidad del autismo y nosotros no teníamos ni idea de lo
que era.
Luego, ya después que emigramos a Uruguay, nos indican en el jardín que Ale no respondía a su nombre si le hablaban de espaldas, y que debíamos evaluar su audición. Eso hicimos y aunque habíamos salido de Venezuela con todos sus exámenes correctos (incluyendo el auditivo de seguimiento por prematuridad), efectivamente estaba perdiendo la audición en ambos oídos.
Repetimos el examen 3 veces y cada vez que lo repetíamos, escuchaba menos. Entre examen y examen estuvo hospitalizada por neumonía durante el invierno, lo que dificultaba y atrasaba el seguimiento de los exámenes auditivos. Así transcurrió casi 1 año. Al poco tiempo, la validaron como
candidata a implante coclear. Fueron dos intervenciones con anestesia total y vacunas adicionales incluidas… el cóctel completo y en plena pandemia.
A partir de ahí, los síntomas o características autistas empezaron a hacerse
evidentes: balanceo, poco contacto visual, hiperactividad, selectividad, alimentaria, rabietas largas, aislamiento o juego solitario, caminata en puntas….
En ese momento y antes de pagar por el ADOS 2, ya yo sabía que era autista. Su papá se vio más impresionado. Yo ya sabía lo que me iban a decir, pero no sabía a lo que me enfrentaría sola y sin orientación. La única solución que ofrecían era la medicación. No paraba ni un segundo y pasaba parte del tiempo siempre en el piso o girando sobre una rodilla. Las crisis eran parte del día a
día. No miraba a los ojos más de 15 segundos y no seguía ninguna instrucción simple. La tendencia de la mayoría siempre es seguir las recomendaciones de los médicos, pero yo no quería medicar a mi pequeña. Luego, después de un tiempo, mi esposo apoyó mi intento por lo natural y viajamos a Venezuela a ver a un «doctor naturista» que utilizaba suplementos naturales para el cerebro.
Eso la tranquilizó temporalmente. Luego, intenté Nemechek, sin resultados.”
EL REBROTAR DE LA ESPERANZA
“Mi madre fue la que me mostró el testimonio de Antonieta en la página web. Mi madre es terapeuta, especialista en niños con dificultades de aprendizaje, y
también tomó un máster en autismo online en España para poder ayudarme.
Recuerdo claramente el día que vi el testimonio de Antonieta: eran las 3 a. m. y lloraba después de por fin dormirse Alejandra, sabiendo que a las 3 horas
estaría despierta de nuevo. Estaba agotada y sin ver mayores cambios en ella.
No dormí ese día de la emoción. ¡Había esperanza! Esa que tanto le pedí a Dios. Mi mamá me había enviado la página web y la leí entera.
Mi esposo tiene un pub, trabaja de noche también de jueves a sábados, noches muy duras para
mí sola con los 3. Usualmente Alejandra despertaba a la más chiquita y las noches eran interminables. Todos me decían: «medícala, necesitas dormir», todos menos mi mamá. Yo pensaba: «si la medico no resuelvo nada, eso no soluciona su autismo, y además daño sus riñones, hígado, tiroides…» Había ya leído todos los efectos secundarios de la risperidona. Veníamos intentando de
todo: no consumíamos gluten, lácteos ni azúcar blanca de caña. También hacíamos protocolo Nemechek sin resultados. Rogué a Dios por una luz en el camino y llegaron ustedes: ¡Me llené de fuerzas!, y convencí a mi esposo de tomar una cita con vuestra nutricionista, mientras esperábamos que se abrieran las inscripciones al programa de salud. Estaba muy emocionada.”
ALEJANDRA MEJORA DE LA AGITACIÓN EXTREMA SOLO CON NUESTRO
PLAN NUTRICIONAL
“Iniciamos con las visitas de nutrición del Método, y para nuestra sorpresa al tercer día (¡apenas 3 días después!), Alejandra empezó a dormir 8 horas al menos y la hiperactividad desapareció. Sus terapeutas pensaban que estaba enferma. Sigue durmiendo poco solo algunos días al mes, alrededor de 6 horas, pero aún así representa más de las escasas 3 horas que dormía antes.
También dejó de girar en el piso y de pasar tanto tiempo acostada en el piso. Al tiempo y hasta el sol de hoy, aún sin suplemento alguno, Alejandra ya miraba a los ojos muchísimo más tiempo y seguía una instrucción simple. También respondía a su nombre a distancia, o decía ocasionalmente «mamá», «papá», y «no más». Para nosotros eso fue razón suficiente para entrar al programa.
Solo pasar de dormir 3 horas a dormir mínimo 8, nos cambió la vida a todos. Aunque hay noches puntuales que duerme menos, eso es mucho mejor a las escasas 3 horas que dormía siempre, desde los casi 3 años hasta pasados los 6 años. También al parar su hiperactividad mejoró hasta nuestro humor. Verla aumentar su contacto visual, verla jugar con sus hermanos y volver a pronunciar «mamá» y más, nos llena de fuerzas para seguir lo que recién iniciamos.”
SACRIFICIOS Y ADAPTACIONES PARA LOGRAR HACER EL PROGRAMA
“En casa con los 3 niños no es fácil, pero mis hijos han entendido el proceso. Les explicamos varias veces por qué todos debemos comer así, por qué no entra comida chatarra a la casa, por qué deben esconder la bolsa de dulces cuando van a un cumpleaños y por qué deben ir a un rincón «especial» para comer según qué sin ser vistos por su hermana. También acordamos hacer «momentos especiales» en los cuales mamá o papá sale con ellos o con solo uno a hacer una actividad donde la atención sea plena. Ahora incluso la de 3 años hace preguntas sobre Alejandra, por qué se molesta y por qué no puede comer muchas cosas. Les explicamos a su nivel y luego, los dejamos disfrutar
de su tiempo a solas sin el autismo. Así intentamos que se sientan validados. Creemos que todo esto lo hace más llevadero. En casa, ahora ya suelen pedir «galletas sin gluten» achocolatada de almendras y opciones saludables, después de 1 año limpiando sus paladares. Hoy nos pasa que el niño se siente mal del estómago cuando va a fiestas o come meriendas compartidas en el
cole. En cuanto a la dinámica, lo que más cuesta es convencerlos de jugar con Ale, pero trabajamos en ello a diario. Hasta ahora lo más retador ha sido que ellos entiendan que no pueden ser atendidos si Alejandra está en crisis o «molesta» y que deben evitar acercarse para que Ale no los lastime por accidente.
Por otra parte, los sacrificios fueron muchos: la alimentación es mucho más costosa, nos endeudamos, dejamos de viajar, teníamos la ropa estricta, nos mudamos para bajar costos, dejamos de comer en restaurantes, dejamos de festejar los cumpleaños para cuidar la alimentación de Ale… Caímos en un declive económico importante, pero sabiendo que es temporal y necesario en el
proceso de mejoría de nuestra hija.”
LA BATALLA SIGUE
Actualmente, tras apenas 3 meses desde que iniciamos la suplementación, nos da impotencia al verla en crisis por frustración al no poder comunicarse, especialmente cuando no estamos seguros de los detonantes. Sus auto agresiones también nos preocupan mucho y la tristeza a veces nos invade por las etapas que no está viviendo como niña de 7 años (amigas, interacción con
sus pares, hermanos y familia). A veces también nos afecta cuando la miran «extraño» en la calle por sus procesadores auditivos externos o por un eventual balanceo. Ni hablar si se golpea a sí misma. Particularmente, he trabajado mucho en cómo me siento respecto al rol que nos ha tocado para estar mejor emocionalmente para ella. Aún trabajo en ello. Mi esposo también.
Hay días que somos más fuertes que otros. Pero seguimos trabajando con esperanza en este camino que apenas comienza.
A los padres que nos lean queremos decirles: no se rindan, vale cada día por la mejora de nuestros pequeños, es posible y el programa Katia Dolle tiene el método, paso a paso, guiado. Hay una vía sin fármacos nocivos que no «resuelven» nada, que solo desmaya temporalmente los problemas, hay una esperanza y un alivio a la pregunta que a todo padre nos preocupa: ¿qué va a ser de nuestro hijo/hija cuando ya no estemos? Vivir un día a la vez sabiendo que podemos ayudarles y regalarles su independencia no tiene precio, vale cada sacrificio. Padres de otras generaciones pasadas habrían dado lo que fuera por saber y tener la oportunidad que hoy tenemos con este maravilloso programa. Nosotros como familia, estamos profundamente agradecidos y
sabemos que todo lo negativo del autismo es un proceso que va a mejorar porque estamos siendo guiados por los mejores, de manera natural y con consciencia familiar ¡Es una enorme bendición que nos da la fuerza para seguir!
Belsy, madre de Alejandra.”
Fundación Katia Dolle
www.katiadolle.com
4 respuestas
Soy una madre, igual que la mamita de Alejandra, que después de intentar varios protocolos ( ozonoterapia. MMS. Nemecheck, sin que nadie me hablara de una dieta personalizada) y después de tanto pedir a Dios su auxilio me encontré
con los testimonios en You Tube de Antonieta, Bruno, Víctor, Dacia Alcaraz, entre otros, todos casos de familias con testimonios de niños recuperados, que me llenaron de mucha fe y esperanza, fue Dios quien me llevo a manos de Katia, una profesional y un ser humano A1, con una vasta experiencia, producto de años de estudio, investigación y dedicación, que me habla siempre en la verdad y me exige con amor más de mí para devolverle las alas a mí niño, Gracias Katia, Silvia, Jennifer, Marcs y los demás profesionales que están detrás de esta hermosa fundación. Gracias por tanto bien a tantas familias y devolvernos la sonrisa, la paz y la esperanza. El ciento por uno para cada uno ustedes y sus familias. Los quiero ❤️
Estimada Silvana,
Gracias a ti por la confianza!!!
Abrazos de todo el equipo
Estoy totalmente de acuerdo contigo Belsy, yo también me negué a darle anfetaminas y risperidona con todos sus efectos secundarios. Ahora estamos en las mejores manos.
Nosotros ya llevamos algo mas de un año y el cambio que ha habido en Noah es brutal. Esta super tranquilo, centrado, y mucho mas autonomo.
Mucho ánimo, el camino no es facil pero la vida que llevabas antes tampoco. Un abrazo
Querida Laura, gracias a vosotros por confiarnos la salud del pequeño Noah. Vamos a por más!!! Y gracias por tus ánimos a esta familia tan maravillosa que batalla con todas las incomodidades de vivir en Uruguay, son dignos de nuestra admiración!